Oftalmología Pediátrica

Se recomienda que el primer examen de la vista se realice a los 6 meses de edad. Aunque a esta edad los niños no pueden leer o decir letras, hay pruebas especiales que pueden detectar problemas de visión en bebés.

Si no se detecta ningún problema de visión en el examen a los 6 meses, se recomienda otro examen a los 3 años de edad. Después de los 3 años, se debe realizar un examen de la vista anualmente o según lo recomendado por el oftalmólogo pediátrico.

Es importante que los niños reciban exámenes de la vista regulares, incluso si no se sospecha ningún problema de visión, ya que algunos problemas de visión pueden no tener síntomas evidentes y pueden afectar su desarrollo y aprendizaje a largo plazo.

Hay algunos signos y síntomas que pueden indicar que su hijo tiene algún problema de visión. Algunos de los signos que debe buscar incluyen:

• Parpadeo excesivo o frotarse los ojos con frecuencia.
• Entrecerrar los ojos para ver mejor.
• Acercarse demasiado a la televisión, libros u otros objetos cercanos.
• Tener dificultad para enfocar objetos a diferentes distancias.
• Tener problemas para identificar colores o formas.
• Torcer o inclinar la cabeza al mirar objetos.
• Quejarse de dolores de cabeza o de cansancio visual.
• Tener ojos que se desvían o no se alinean correctamente.
• Ser sensible a la luz brillante o tener problemas para adaptarse a diferentes niveles de iluminación.
• No mostrar interés por los juguetes o las actividades visuales.

Si su hijo presenta alguno de estos síntomas, debe llevarlo a un examen de la vista con un oftalmólogo pediátrico. Incluso si su hijo no presenta ninguno de estos síntomas, es importante programar exámenes regulares de la vista para detectar cualquier problema ocular potencial antes de que afecte su desarrollo y aprendizaje.

La Oftalmopediatría se ocupa del cuidado de los ojos y de la visión del ser humano en su período más crítico: el desarrollo. Trata las patologías visuales propias de la infancia, trastornos de motilidad ocular y alteraciones del sistema nervioso central con afectación oftalmológica.

Los primeros años de vida son súper importante para el desarrollo de la visión. Por ello, el diagnóstico precoz en niños es determinante para que los defectos oculares puedan ser corregidos y no dejen secuelas que persistan durante toda la vida.